Las semillas jamaicanas son originarias de las regiones caribeñas de la America Central, concremente de la isla de Jamaica. Los cultivos jamaicanos siempre han sido en el exterior, gracias al clima cálido de la zona, se han desarrollando unas plantas muy grandes en tamaño y de un efecto Sativo.

A partir de los años 70, los cultivadores que viajan a la isla plantan allí sus genéticas para aprovechar las condiciones climatológicas idóneas. Al ser cultivos al aire libre, estas variedades foráneas provocan variaciones en las genéticas de las semillas jamaicanas descendientes de los landraces autóctonos. Estos nuevos híbridos adquieren mucho reconocimiento cuando en Europa y Estados Unidos aumenta la demanda de sus alegres efectos dinámicos y sus dulces sabores en el paladar.

Es años más tarde cuando encontramos semillas de marihuana jamaicanas adaptables a diferentes climas y condiciones medioambientales exportadas y comercializandose para distribuir sus aromas caribeños al resto de cultivadores.

La mayoría de las genéticas jamaicanas son de efecto energético y presentan un sabor dulce, son plantas de una estructura alta que poseen un periodo de floración muy largo.