La técnica de la vaporización se utiliza desde hace miles de años, y consiste en evaporar los principios activos de la marihuana en lugar de hacer una combustión. Su origen se sitúa en tiempos remotos, cuando se colocaban piedras en las hogueras y se calentaban hasta alcanzar altas temperaturas. A continuación, se retiraban del fuego y eran depositadas sobre hierbas aromáticas, el calor hace que los aceites esenciales se volatilizan y pudieran ser inhalados para conseguir un efecto psicoactivo.

El primer vaporizador comercial apareció alrededor de los años 80. Posteriormente sus prestaciones se han ido mejorando con el paso de los tiempo, hasta llegar a nuestros días. Actualmente existen vaporizadores realmente sofisticados con control de temperatura digital y baterías de gran autonomía.

Durante la vaporización los materiales vegetales se exponen a la corriente de aire caliente, por lo cual los principios activos son evaporados al alcanzar alrededor de 190 grados. Cuando entra en nuestros pulmones, el vapor reacciona en nuestro organismo de la misma manera que el humo, los principios activos son liberados en nuestra corriente sanguínea.

Esta técnica no quema la hierba, por lo que el vapor que se desprende está libre de sustancias tóxicas que puedan perjudicar nuestra salud. El vapor posee cantidades mínimas de alquitrán e hidrocarburos que afecten a nuestro organismo.

Los vaporizadores para marihuana es una buena opción para los que quieren dejar de fumar pero desean seguir disfrutando de los efectos de la marihuana. La vaporización esta especialmente recomendada a los usuarios de marihuana medicinal ya que no perjudica al organismo como el fumarla.